Serenos morenos / Vale al Paraíso
Me recuerdan a los Cochinitos que están en la cama y muchos besitos les dio su mamá antes de soñar. Aunque más bien, en una versión menos lúdica, se parecen a esas “aves rapaces de cerca de dos metros de envergadura, con el cuello desnudo, rodeado de un collar de plumas largas” que se alimentan de carne muerta, viven en bandadas y se llaman buitres, según las define el diccionario Encarta.
Los tránsfugas del PRI están desesperados. Se miran en la pista del jugoso salario que el contribuyente les pagará en las representaciones federales de Aguascalientes. Ya están en sus marcas. Muy listos. Esperan la señal de “fuera”. Aunque algunos, sin disimulo, rondan las oficinas y acuden al portal de transparencia para solicitar información. Quieren enterarse del tamaño del pastel. Quizás para catafixiarlo, al fin, joder a otros suspirantes justifica el rodillazo.
El grupo de aspirantes se asemeja la bíblica Arca de Noé, donde convivieron animales puros y la pareja de impuros; en caso de las representaciones destacan varias alimañas de la burocracia y de la política.
Revisemos la lista. Pero antes vale recordar que el comando de asalto está integrado, en su mayoría, por hijos políticos o compadres del infumable exgobernador Carlos Lozano de la Torre, muy dispuesto a utilizarlos para
regresarle los agravios al gobernador Martín Orozco Sandoval, y sustituir a los mozos de estoque de Lorena Martínez Rodríguez —otrora aliada y adversaria, según el bipolar tiempo—, quien está vetada en este reparto, asegura Garganta Profunda Morena.
En el cartel, donde sobran unos y faltan otros, están los hermanos Netzahualcóyotl Álvarez Cardona y Espartaco Álvarez Cardona. Gregorio Macias Moreno, su hija Irma Karola Macías Martínez, su yerno Adrián Jiménez Velázquez, esposo de ésta, y su hijo Kendor Macías Martínez. Luis Armando Salazar Mora. Raúl Reyes Agüero. Alejandro Ponce Larrinua. Rubén Rosales Andrade. Armando Guel Serna, Rafael de Lira y Rafael Calderón Zamarripa.
Los mencionados en la cabina del chisme deberían serenarse, dejar de respirar en la nuca de los que se van y leer detenidamente, aunque no entiendan ni jota, las 50 páginas de la Iniciativa de Reformas a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, presentada en la Cámara de Diputados por el Grupo Parlamentario de Morena, para enterarse, por lo menos, de que las Delegaciones serán sustituidas por Representaciones y se creará una Súper Delegación de Programas para el Desarrollo, dependiente de la naciente Secretaría de Bienestar, quien, a su vez, sustituiría a la Sedesol.
El articulado propone que las dependencias y entidades de la administración pública federal, conforme a lo previsto en los reglamentos interiores o sus ordenamientos legales de creación, respectivamente, podrán contar con
oficinas de representación en las entidades federativas o, en su caso, en regiones geográficas que abarquen más de una entidad federativa, siempre y cuando sea indispensable para prestar servicios o realizar trámites en
cumplimiento de los programas a su cargo y cuenten con recursos aprobados para dichos fines en sus respectivos presupuestos.
Pero antes, las dependencias y entidades, dentro del término de 180 días posteriores a la entrada en vigor del presente decreto, deberán presentar al titular del Poder Ejecutivo sus propuestas para mantener oficinas de representación en las entidades federativas…
Y en cuanto a los beneficiados por el dedazo o la tómbola del hueso, los titulares de las oficinas de representación serán designados por el Secretario o titular de la entidad respectiva, de conformidad con lo establecido por el reglamento interior o los ordenamientos legales aplicables.
No me puedo imaginar, por ejemplo, a los secretarios o titulares de las entidades del gobierno federal, cediendo a las impresentables propuestas de Don Gato y su Pandilla, perdón, de don Aldo Ruiz Sánchez, futuro delegado de
Programas para el Desarrollo en la Secretaría de Bienestar.
El crujir de esqueletos se escuchará a partir del 1 de diciembre. Las representaciones serán el gran botín a disputarse entre secretarios de Estado, directores de organismos descentralizados, influyentes gobernadores de
Morena y algunos poderosos súper delegados. No se ven a los gobernadores de oposición participando en la disputa por las parcelas del poder. Están más disminuidos que los Hidrosayos del Necaxa, la vergüenza de Aguascalientes.
Porque alguien debe de escribirlo: El Cruz Azul obtiene otro título, uno más, que se agrega al luminoso palmarés: se coronó Campeón de Copa MX en su versión Apertura 2018.
El Tres Bala Azul es el líder general del torneo. Durante diez de las quince jornadas a ocupado el sitio número 1. Es el primero en llegar a 30 puntos. El que menos goles recibe en su portería. Invencible en su casa. Y está clasificado a la liguilla, por supuesto.
Los Pollitos del América tienen 44 años de no ganar la Copa. La última fue en la campaña 1973-1974. Son abstemios. Forman parte del grupo de la doble A de Coapa. Debe reconocérseles el inquebrantable carácter. Son admirables. Vaya fuerza de voluntad.
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